Opinión

Las personas mayores en el punto de mira de las emergencias

Por Paula Mantero (*)

El 15 de junio fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 66/127) como el Día Mundial de toma de conciencia contra el abuso y el maltrato en la vejez, “para que en todo el mundo exprese la oposición a los abusos y los sufrimientos infligidos a personas mayores”.
Las Naciones Unidas nos advierten que la población mundial envejece. Prácticamente todos los países del mundo experimentan un aumento del número y la proporción de personas mayores. El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, en las próximas décadas, es muy probable que muchos países se enfrenten a presiones fiscales y políticas en relación con los sistemas públicos de asistencia sanitaria, pensiones y protección social para una población de edad cada vez más avanzada.
Hace exactamente tres años que presentamos un proyecto integral sobre el abordaje del buen trato hacia las personas mayores, teniendo en cuenta que nuestra ciudad cuenta con una población importante, convirtiéndola en una de las ciudades con más población mayor. Es justamente el motivo por el cual tenemos que tener el compromiso con esa franja etaria para establecer vínculos y relaciones que retomen los conceptos del buen trato en todas las instituciones públicas y privadas.
El maltrato a las personas mayores es un fenómeno complejo que se da en el ámbito de lo privado y de lo público. No nos referimos solo al maltrato físico, sino también al económico, psicológico y las estafas de las que son víctimas. Es difícil tratar este tema, porque sin duda nos sensibiliza a tal punto que nuestros mecanismos hacen que lo rechacemos de plano y no acreditemos que esto sucede.
Si bien el abuso para con las personas mayores ocurre probablemente desde hace siglos, recién en los últimos 30 años han aparecido publicaciones al respecto, y desde que se instalo el día, las Universidades, han puesto en la escena pública acciones de visibilización sobre el tema en favor de la inclusión, la igualdad y la no discriminación por cuestiones de edad en la vejez.
Este año, las Naciones Unidas, interpelan a los gobiernos a través del lema:  “Las personas mayores en el punto de mira de las emergencias”, pone de relieve la urgente necesidad de proteger y ofrecer asistencia a las personas mayores durante las crisis.
En este sentido, se plantea la importancia de la  educación y la formación de profesionales, personal de emergencias, los cuidadores formales e informales y el público en general.
Hoy en nuestro país, el trato a los jubilados de la mínima, con lo que perciben en su jubilación puede plantearse claramente como maltrato económico, una provocación contra la vida de miles de jubilados que no llegan a fin de mes y tienen que elegir entre comer y comprar medicamentos situación que en muchos casos conlleva a situaciones de crisis y los pone en emergencia.
Sería muy importante tomar conciencia que todos/as somos potenciales viejos/as y que es fundamental tener empatía con nuestros mayores, y actuar en consecuencia. Es importante la capacitación para empezar a concientizar y sensibilizar de manera obligatoria en la temática, a todas las personas que trabajan en todos los niveles y jerarquías del estado, que tienen poder de decisión y trabajan para y con las personas mayores.
El maltrato a los mayores constituye un fenómeno que no se denuncia y que necesita ser reconocido y visibilizado para empezar a trabajar en su prevención a través de la educación.
Un gran desafío sería que Mar del Plata  sea la ciudad “del buen trato a las personas mayores”, justamente porque somos desde el punto de vista demográfico un polo gerontológico, y para eso es necesario el trabajo sentido, planificado, coordinado y articulado desde el Estado con el sector privado.
En el buen trato y la atención a los mayores se ponen en juego las percepciones, los prejuicios y la discriminación que tenemos sobre la vejez, que muchas veces son inconscientes y se encuentran naturalizados, pero provocan daños, desventajas e injusticias. Puede adoptar muchas formas, como políticas y prácticas institucionales que perpetúan esas creencias estereotipadas acerca de las vejeces.
Hoy nuestro país cuenta con la adhesión a la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores establece pautas para promover, proteger y asegurar el pleno goce y ejercicio de los derechos de la persona mayor. Esta Convención tiene jerarquía constitucional, es decir forma parte de la Constitución Nacional. ¡Solo resta ponerse a trabajar!
(*) Especialista en Gerontología. Concejal Mandato Cumplido Acción Marplatense.

 

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